“La base militar Mount Pleasant es el reaseguro que tienen Gran Bretaña y Estados Unidos para participar en el conflicto que va a ocurrir en la Antártida”

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    Ricardo Auer
APU ENTREVISTAS

“La base militar Mount Pleasant es el reaseguro que tienen Gran Bretaña y Estados Unidos para participar en el conflicto que va a ocurrir en la Antártida”

22 Abril 2024

AGENCIA PACO URONDO conversó con el consultor en temas geopolíticos Ricardo Auer a partir de una nota salida en Infobae con un título muy sugestivo: “Prospectiva de un mundo en guerra”.

Agencia Paco Urondo: ¿Por qué afirmás que estamos en un mundo en guerra?

Ricardo Auer: El mundo está crecientemente en guerra, han existido a lo largo de la Historia. Han tenido niveles altos o bajos, hubo cierta tranquilidad, por lo menos en los países centrales. Un caso muy claro es la Guerra Fría, donde hubo un “empate nuclear” y por lo tanto había bastante tranquilidad en los países centrales mientras en las periferias se estaba en guerra, en Vietnam, Latinoamérica, etc.

A través de datos objetivos que parten de saber cuánto se invierte en gastos de defensa, cuántos en sistema de armamento (el cambio de tecnología hace que se utilicen nuevos elementos como sistema de armas) uno deduce que va a haber un incremento de los conflictos. No tanto a nivel de los países centrales, sí en los periféricos, donde Europa está en el medio de dos constelaciones y cumple un papel subordinado.

Para clarificar los movimientos que hay: el 40% de todo el gasto de defensa del mundo lo tiene Estados Unidos. Si sumamos algunos adicionales que se ocultan por razones obvias, llegaría casi a un billion de dólares. Después vienen China y Europa, que tienen presupuesto parecidos, 260.000 millones de dólares. Estos son datos del 2022, en 2023 seguro que aumentaron porque China está creando más armamento nuclear, que es otro tema. Hay que visualizar Rusia, que era de uno de los muy bajos (86.000 millones de dólares) y, obviamente, en el 2023 lo ha incrementado y ya prevé que para este año lo va a aumentar casi un 8%.

Se habla del peligro ruso invadiendo Europa y es un tema discutible porque, con un presupuesto comparativamente tan bajo con respecto a la misma Europa, no sólo a la OTAN, se hace inviable, no puede ni conquistar Ucrania. Es un argumento medio falso. En todo caso, Rusia es un peligro para Europa por el tema nuclear, que es con lo que amenaza a Putin, que es otro debate. Por eso digo que el mundo está en una situación de inestabilidad.

APU: ¿Cuáles son los países que tienen capacidad de producir armas nucleares y usarlas?

R.A.: Los que tienen capacidad nuclear generalizada son muchos, pero los que tienen armas nucleares disponibles como para ser disparadas no lo son. Algunos están oficializados y otros no. Israel tiene capacidad inclusive para dispararla, pero oficialmente no está en la lista. Son muy pocos: Estados Unidos, China, Rusia, Francia Gran Bretaña y no muchos más, oficialmente, pero India y Pakistán tienen armas nucleares; Corea del Norte tiene misiles, pero todavía su arma nuclear no está oficializada. Lo que buscan todos los países nucleares es que no haya más países con este potencial, porque desestabiliza más el sistema.

APU: ¿Lo desestabilizan o en algún punto terminan logrando lo contrario? Es decir ¿tantos países con armamento nuclear no podrían funcionar como un límite a la posibilidad de enfrentamiento entre las potencias?

R.A.: Es un gran tema de discusión y también producto de una reflexión mía que va a salir próximamente en un artículo, que es el caso de los sistemas donde hay más de dos o tres potencias en conflicto. Cuando hay dos potencias en conflicto como en la Guerra Fría, los sistemas se estabilizan porque se ponen acuerdos para evitar la mutua destrucción. Ahora, cuando hay tres o más, la cosa se complejiza y se inestabiliza por un lado, pero se democratiza por otro ya que las decisiones tienen que ser tomadas por más países y, por lo tanto, podría ocurrir un juego de equilibrio de poderes. Es un tema que siempre está en debate y no hay una definición clara, porque sin ninguna duda puede ocurrir un accidente, la determinación de un pequeño actor puede producir un gran conflicto.

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El disparador de la Primera Guerra Mundial fue el asesinato del heredero del Imperio Austrohúngaro y terminó con una masacre de millones de personas está bien. Siempre, la inestabilidad crea riesgos. Manejarlos requiere mucha inteligencia estratégica y dirigentes que tengan una alta capacidad de vislumbrar el futuro de la humanidad. Comparado con otras épocas, los líderes actuales del mundo son de un nivel inferior a los anteriores.

APU: Venimos escuchando que el eje del mundo con Estados Unidos como principal potencia se estaba desplazando hacia China, pero eso hoy parece estar mucho más en discusión y los números que vos expresaste sobre gasto militar parecieran ponerlo más en duda, todavía.

R.A.: Napoleón decía que la bayoneta sirve para muchas cosas, pero no para sentarse encima. No podés ganar la guerra destruyendo todo. Justamente, por el tema nuclear, siempre va a haber alguna respuesta y te va a perjudicar. Si hay cuatro locos disparando en el mundo, todo se termina, pero eso no es responsable. La gente, al final, tiende a razonar para disminuir el conflicto, pero mientras tanto siguen avanzando todo lo que puedan.

Hoy, lo que ocurre en el mundo no es la guerra militar, sino la guerra irrestricta, término que parte de un libro del ahora general Qiao Liang y otro más (Wang Xiangsui). Es lo que se llama guerra híbrida, son guerras sin límites donde la actividad humana está en disposición para el conflicto. Esto quiere decir que la guerra militar es lo último a lo que se llega cuando se prefiere una guerra financiera, económica, tecnológica, social, cognitiva a través del manejo de los medios de comunicación del mundo y es lo que está ocurriendo a nivel de todas las potencias, estamos inmersos en esa guerra irrestricta. He escrito un libro que se llama Las diez hipótesis de conflicto de Argentina en el marco de la guerra irrestricta. Nuestros problemas financieros, económicos, derivan de no tomar las medidas necesarias sobre eso que está ocurriendo en todo el mundo.

La guerra entre China y Estados Unidos está más relacionada con el tema económico y tecnológico. En ese sentido, China tiene una ventaja sobre Estados Unidos que ha sufrido un desgaste muy grande en el período de la globalización: lo que parecía un avance de Estados Unidos terminó siendo un error estratégico en el sentido que sus empresas financieras que se expandieron aduciendo de que con eso estaban llevando la democracia y el capitalismo a todo el mundo, terminaron financiando el gran desarrollo tecnológico y económico de China.

Trabajé en China cinco años, conozco ese tema con especificidad. Eso ocurrió porque China tenía claro su proyecto nacional estratégico. Cuando uno no tiene una idea clara de lo que quiere ser en el mundo, de cómo manejar su futuro (el caso de Argentina es el más patético de todos) no aprovecha las oportunidades que hay.

APU: ¿No ves que Estados Unidos, desde Trump para acá, está cuestionando precisamente eso?

R.A.: Trump es el cambio de rumbo, el que se da cuenta (no él, personalmente, digamos un cierto staff de Estados Unidos) que está perdiendo la batalla de la guerra irrestricta en el plano industrial y tecnológico y dice “tenemos que volver a traer todas las industrias (las más modernas, por supuesto) al terreno de nuestra nación para fortalecernos y no depender tanto de los capitales financieros desperdigados por el mundo y que han ayudado a terceros a potenciarse”. Biden lo ha tenido que seguir porque no había otra para Estados Unidos.

Por lo tanto, los criterios de liberalidad económica fracasan totalmente porque de lo que se trata es de fortalecer al país y no al negocio financiero en sí mismo. Y la que más sufre es Europa, porque la está desindustrializando. Eso hace que la dependencia estratégica de Europa con Estados Unidos se vea cada vez más claramente. Inversores traídos por la globalización están decidiendo cuál es el destino de Europa, toda una tragedia.

“La guerra entre China y Estados Unidos está más relacionada con el tema económico y tecnológico”.

APU: En este contexto ¿Cómo ves la nueva presencia de Laura Richardson, la jefa del Comando para América Latina de los Estados Unidos, y su encuentro con Javier Milei?

R.A.: Las potencias siempre quieren tener adhesiones de otros países; y las adhesiones, a veces, son argumentadas mediante discursos ideológicos. “Tenemos que estar del lado de los países occidentales democráticos, etcétera”, y del lado chino ocurre lo mismo, seamos sinceros. Eso ocurre porque las potencias quieren tener bajo su control los recursos estratégicos. Los minerales, el uranio, los alimentos, las vías de acceso a determinados lugares, las posiciones para futuros conflictos. La Antártida es un futuro conflicto que va a ocurrir sí o sí.

La base militar Mount Pleasant es el reaseguro que tienen Gran Bretaña y Estados Unidos para participar en el conflicto que va a ocurrir en la Antártida. La jefa Richardson cumple su papel de desplazar todo lo que se pueda a los chinos de los lugares claves, a beneficio de asegurarse ellos una supreminencia en el tema. Es un conflicto entre potencias donde Argentina no negocia con las dos (como hace India o Arabia Saudita) en esto de conceder, pero pedir algo a cambio. Los americanos quieren disminuir el papel de los chinos y utilizan los argumentos clásicos, lo mismo que hacen los chinos en otros lugares del mundo.

Con respecto a la base que hay en Ushuaia, es un proyecto argentino muy interesante, ya propuesto con el gobierno anterior. Hubo militares que estudiaron el tema y es necesario darle a Ushuaia un polo naval muy importante. Ha quedado medio en manos privadas, pero para uso turístico. Tiene una importancia mucho más estratégica en el sentido de la negociación que va a ocurrir en la Antártida y que compite, justamente, con Mount Pleasant, de Malvinas, y Punta Arenas, de Chile. Son los lugares que pueden proveer el desarrollo de búsqueda de minerales en la Antártida, la provisión y manejo de la basura allí y otros temas similares van a ocurrir en alguno de estos tres puertos. Argentina necesita hacer eso en gran escala.

Los chinos le propusieron a Argentina hacerlo, pero poniendo el staff que lo maneja. Con lo cual, maneja todos los datos. Los americanos no están de acuerdo porque le da demasiada ventaja a los chinos, pero no te financian o te dan créditos de difícil pago. Lo mismo ocurre con los aviones F16. Ahí está el tema ¿Qué le dieron los chinos a cambio de la base Neuquén? Le dieron swaps, un crédito de morondanga porque nosotros vivimos pidiendo créditos al mundo y somos un país tan dependiente que no puede resolver los temas básicos, si no resolvemos nuestros problemas de alguna manera, vamos a seguir dependiendo de los caprichos o las voluntades de las potencias mundiales.

APU: ¿Qué es eso de los F 16, que querías comentar?

R.A.: Los F16 son aviones de combate que en verdad (los de Dinamarca) estaban destinados a Ucrania, pero parece ser que Estados Unidos no seguirá apoyando la guerra en Ucrania y por lo tanto no se los da y “prefiere venderlos” a Argentina para combatir el avance chino, quienes habían prometido vendernos unos aviones de combate semejantes. El error estratégico del gobierno actual es haber comprado eso porque los F16 tienen unas cláusulas que impiden su uso frente a las únicas hipótesis del conflicto militares que tenemos: Gran Bretaña o Chile. Sirve para entretener a los muchachos que quieren seguir usando armas nuevas. No es una compra inteligente, es un desastre. Si realmente queríamos negociar algo por Malvinas como prometió el presidente, tendríamos que poner una fábrica de drones, un arma muy importante en el mundo.

APU: En un mundo en guerra, con estas características que vos describías ¿Qué pasa con las Fuerzas Armadas argentinas?

R.A.: Es un debate largo. Las Fuerzas Armadas Argentinas, primero, fueron desprestigiadas luego de Malvinas, a lo largo de la historia. Entonces, sus componentes actuales que nada tienen que ver con el proceso militar, se encuentran en una situación anímica. Quieren actualizarse, cumplir una función a favor de la Nación Argentina, pero no hay ningún plan estratégico, no sólo para las Fuerzas Armadas, para el país. Estamos en un vaivén, pasamos de un estatismo bobo a un liberalismo absurdo. Lo que se está haciendo ahora se contradice a sí mismo a los dos segundos como ha ocurrido con el caso de las prepagas, pura libertad, pero ahora hay que controlarla. Las Fuerzas Armadas son como cualquier sector argentino, están viendo a ver qué pasa, cómo ayudamos, cómo hacemos y se resignan a un papel secundario, que es lo que está ocurriendo en estos momentos y antes también.